lunes, 1 de octubre de 2012

Valorar la infancia.

Yo tenía una profesora en la facultad que nos decía que la infancia era un "invento moderno", a mí siempre me sonó raro ya que los que hemos disfrutado de las bondades que nos dan las épocas más tempranas de la vida, no nos planteamos que eso no haya sido así para todas las generaciones de la historia.
En las sociedades antiguas se pasaba de bebe a adulto sin disfrutar etapas intermedias de juventud. La socialización no estaba garantizada por la familia, la misión de ésta era la conservación de los bienes, el aprendizaje de un oficio, la ayuda mutúa cotidiana y la protección del honor de la vida.
No había opción a tener otros conocimientos fuera del propio contexto. Pero a partir del siglo XVII surge la escuela, que sustituye al medio como espacio de educación, entonces la familia se convierte en un contexto de afecto necesario. Esto comienza a darse en las clases altas, que debido a cierta opulencia empiezan a desarrollar la necesidad de dar mimos a los niños que se convierten en una fuente de diversión y esparcimiento para los adultos.
Durante los siguientes siglos moralistas y educadores comienzan a trasmitir una falta de acuerdo con la utilización de los niños para el trabajo y consiguen que la infancia sea un periodo más largo gracias a las instituciones escolares.
Este fenómemo se introducirá poco a poco en las clases populares y perdurará hasta nuestros días. Por ello debemos enseñar a nuestros niños a disfrutar de estas etapas de la vida y sacar tiempo para disfrutar con ellos. El tiempo que pasan en nuestra compañía están adquiriendo el aprendizaje necesario para poder desenvolverse como adultos el día de mañana, pero antes de eso deben simular, fallar, aprender y disfrutar de los juegos de la infancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario